semblanza
que fue noche
tras de la noche
la que mitigó mi ansia:
recorrer venas rojas partidas
para quizá caer de nuevo
a donde nunca quise volver
no es de recibo
que lea en la carta
de la noche
de la otra noche
en la que llovía
cuando lloraba
como una rima
de amor con la locura
pude salir del caserón
para arruinarme el vestido
pude dormitar bajo el porche
de la mentira
pude endurecer la mirada
bajo otro colchón y
sin un cuerpo
más que una noche
profunda
que no acababa
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