Saturday, November 22, 2014

La noche tiene un barniz de cemento
y en los corazones emparedados que la persiguen
no hay lugar para el amor porque anida el deseo

Buscar en la noche el amor es como buscar
un cienpiés en la cuneta
un astronauta en el desierto
un extranjero extraviado en mitad de ningún sitio

La noche amordaza de señales
y emplea juegos disidentes,
nadie está a salvo de su silencio ni del murmullo
de sus intrigas. Es como la sombra
de toda soledad, un espejo recto
ante toda realidad deformada.
Por eso, cuando juego al juego de la noche
nunca espero ganar el trofeo,
sino perderlo con el mayor atrevimiento,
en una derrota estrepitosa que pueda aplaudir
al día siguiente, cuando el tenue amanecer
reniegue de ebriedades y mis ojos
deban enfrentarse ante el espejo de cada mañana.
Y en esos momentos, después de maldecir
 y arrepentirme de mi pudor y consideración,
pueda mirarme a los ojos y darme los buenos días
sin la mala conciencia de no saber qué he ganado ni para qué,
perfilando un dolor ajeno apenas disimulado.

Pues quien persigue el amor en la esquina de la noche
persigue un fantasma moribundo que no puede abrazar,
abre una herida que siempre deja huérfano a alguien,
ni sabe del querer tras el deseo voraz que todo lo destruye


Sunday, November 02, 2014

Bebe la lluvia al cielo
Que llora la noche toda
El niño que sueña enchido
De noche se deja sombra

Claman las palmas sangre
Sangre que rueda ahora
Mimbre que engarza fuerte
Las nalgas de nuestra hoguera

"¡Fuego!" Claman las viejas
Palmas de té y moneda
"¡Fuego!" Claman los vientres
Dientes de fresa y mora

Y los pequeños duermen
Y las palmeras sueñan
Y los jardines sienten
Y las muchachas lloran...

Y las muchachas lloran


Con parsimonia
Abrigo desesperanza
Que gotea silenciosa
Sobre mi obra
La terrible obra de mi vida
Nefasta y sin consuelo...

Con parsimonia
Los ataudes cuelgan de los membretes
Un halloween maniqueo
Sin demonios que vencer
Sólo blancos y negros sobre
Una pared aburrida

El papel no me casa
Soy prepotente y aviesa y,
Sobre todo,
Mucho más pueril
Que cualquier adjetivo
Grandilocuente que utilice

Me canso
Del café descafeinado
De las aceitunas de bote
De su pintalabios rojo te perdono la vida
Y de tu barba de aquí no hay quien duerma

Me sonroja tanto miramiento
Para follar

Me sonroja tener sueños
Dentro de la campana de gauss
Y más aún sonrojarme por hacerlo

Lo mío es una normalidad extraviada
Y me pregunto
Cuánto de normal serán esas personas
Cuyos sueños mediocres constituyen
Nuestro mundo